Como el mar y la luna, un amor imposible. Yo chocaba contra el malecón intentando llamar tu atención; tú, pálida y liviana, me mirabas desde arriba iluminándome. Al irte, yo quedaba tranquilo jugando a hacer olas. Éramos tan diferentes que casi nunca hablábamos, y las pocas veces que intentaba tocarte me daba cuenta que estabas demasiado lejos. Intente utilizar mis palabras pero estaba mudo con ellas, por eso tome las de otros:
Hace falta que te diga
que me muero por tener algo contigo.
Es que no te has dado cuenta
de lo mucho que me cuesta ser tu amigo.
Ya no puedo acercarme a tu boca
sin deseártela de una manera loca.
Necesito niña controlar tu vida
saber quien te besa, y quien te abriga.
Hace falta que te diga
que me muero por tener algo contigo.
Es que no te has dado cuenta
de lo mucho que me cuesta ser tu amigo.
Ya no puedo continuar espiando,
día y noche tu llegar adivinando.
Ya no se con que inocente excusa
pasar por tu casa.
Ya me quedan tan pocos caminos,
y aunque pueda parecerte un desatino,
no quisiera yo morirme sin tener
algo contigo.
PD: Es una historia circular, que se repite día a día con diferentes rostros, voces y risas, pero sigue siendo la misma.