Wednesday, February 22, 2012

El final de Peter Pan

Había vuelto a perder su sombra, pero esta vez ni Wendy había podido cosérsela. Hacia tiempo que algo desconocido había empezado a crecer en su interior, y ahora le impedía volar. Sus sonrisas y bromas se hacían cada vez más espaciadas, contaba el tiempo minuto a minuto y sus pensamientos transcurrían en cosas antes banales. Discutía con Michael y John sobre la necesidad de normas, así como de otras cosas por el estilo. Un día empezaron a llegar facturas, más tarde abandonamos los juegos e historias para reunirnos en torno al televisor, así empezamos a dejar de hablar entre nosotros. Todo el mundo empezó a estar demasiado ocupado, y un día Campanilla nos dejó, pues en la realidad no hay lugar para las hadas.
La madurez por un niño perdido.

La Maga

Había vuelto tarde aquella noche, pero sus labios todavía mantenían casto su carmín. Su perfume se había entremezclado con el ambiente, dejando a su paso un suave rastro. Su cabeza iba dándole vueltas, sin saber exactamente el porqué.
Su cuerpo, como el de un gato, se fue deslizando por los pasillos hasta la cama donde entraría en trance. Su mente empezó a volar buscando respuestas, soñaba con que trazasen su perfil con los dedos, con los atardeceres en Córdoba, con alguna canción sobre corazones heridos o con jugar a la Rayuela. Pero sobre todo con cambiar aquella noche, que había revivido entre las sabanas una y mil veces.
Se despertó de golpe, y aparto de un soplido los rizos que caían sobre su cara. Alargo su mano con ansiedad de releer el capítulo 8, pensando que encontraría entre sus palabras algún mensaje cifrado. Al acabar se asomó a la ventana, diciéndose por dentro que aquel era el último tren que dejaba pasar.