Wednesday, February 22, 2012

La Maga

Había vuelto tarde aquella noche, pero sus labios todavía mantenían casto su carmín. Su perfume se había entremezclado con el ambiente, dejando a su paso un suave rastro. Su cabeza iba dándole vueltas, sin saber exactamente el porqué.
Su cuerpo, como el de un gato, se fue deslizando por los pasillos hasta la cama donde entraría en trance. Su mente empezó a volar buscando respuestas, soñaba con que trazasen su perfil con los dedos, con los atardeceres en Córdoba, con alguna canción sobre corazones heridos o con jugar a la Rayuela. Pero sobre todo con cambiar aquella noche, que había revivido entre las sabanas una y mil veces.
Se despertó de golpe, y aparto de un soplido los rizos que caían sobre su cara. Alargo su mano con ansiedad de releer el capítulo 8, pensando que encontraría entre sus palabras algún mensaje cifrado. Al acabar se asomó a la ventana, diciéndose por dentro que aquel era el último tren que dejaba pasar.

1 comment:

Le petit Ventura said...

Pasaba por aquí y me he decidido a poner un olé!Te mando un capítulo 68 para que nos amales el noema y nos agolpes el clémiso.