Juramentos de barra, coleguitas de una sola noche, amores sin cara ni nombre, vidas al ritmo frenético de una montaña rusa. Las noches se convierten en el único escenario donde tu vida tiene pleno sentido, un lugar donde buscar un buen cuelgue, un colocón, un ciego de cojones, un viaje al otro lado de la realidad. Sensación de felicidad a bajo coste, oferta de lanzamiento al mundo feliz; demasiado buena (y fácil) como para dejarla marchar.
Nunca rechaces una invitación, la primera y la última, me voy en media hora… pero ahora amanece y estamos aquí con la memoria fragmentada por lo ocurrido. Nos dejábamos llevar por cada una, buscando experimentar más allá de lo permitido por los códigos. Al fin y al cabo, tan solo esperábamos encontrar la magia.
Nunca rechaces una invitación, la primera y la última, me voy en media hora… pero ahora amanece y estamos aquí con la memoria fragmentada por lo ocurrido. Nos dejábamos llevar por cada una, buscando experimentar más allá de lo permitido por los códigos. Al fin y al cabo, tan solo esperábamos encontrar la magia.
Dedicado al Sr.M