Tuesday, August 29, 2006

Cinefagía

"La fotografía es verdad, y el cine es verdad veinticuatro veces por segundo"
Francois Truffaut

Próxima parada Sunset Boulevard exclamó el conductor con voz castrense mientras frenaba. Preciosas jóvenes, intelectuales del East End, fornidos granjeros, universitarios rebotados formaban la cola de salida del autobús. Eran muy diferentes entre si, pero todos llevaban grandes maletas y optimistas sonrisas de un mismo sueño. Edward fue el último en bajar, cargaba con una vieja máquina de escribir y una pequeña maleta de tela. Buscaba con los ojos las colinas de Hollywood, era la época dorada de los estudios, un tiempo donde el cine respiraba auténtica magia antes de la caza de brujas y del despertar del sueño americano.
Había reservado una habitación en un pequeño motel, donde planeaba escribir la mayor historia de amor jamás contada. Se sentó frente a la vieja máquina lleno de ideas, que se iban desvaneciendo al mirar a aquel papel en blanco. Esta misma escena se repitió durante las dos siguientes semanas, el dinero ahorrado empezaba a escasear. Recordó entonces la profecía de aquella adivina cíngara. Vivirás de los sueños de los demás le dijo, y estupido de él se lo había tragado; se lamentaba de ser tan solo un juntaletras sin talento.
Necesitaba encontrar trabajo, estaba hambriento y le habían echado del motel hacía ya varias semanas. Vagabundeo por la ciudad hasta llegar a la puerta de un pequeño estudio. Había un anuncio solicitando un aprendiz de montador,y a pesar del miserable salario arrancó el cartel, y se presentó a la entrevista. El horario era extenuante, y el trabajo mecánico. Horas y horas dejandose la vista y la salud, en oscuras salas de fotografía.
El hambre le apretaba cada día un poco más, había adelgazado tanto que se tenía que atar los pantalones con un cordel. Una mañana que tenía libre en el trabajo volvió a pasar por la estación, y lo que vio le dejó el corazón roto. Los viajeros de vuelta eran guapas jovencitas embazadas, intelectuales sin ideas, universitarios alcoholizados...todos habían perseguido los sueños, y ahora volvían con la mirada vacía de esperanza. El oropel y la magia no se habían transformado, ya que nunca existieron más que dentro de todos aquellos soñadores.
El hambre era ya insoportable, así que agarro un montón de recortes de películas y se los empezó a tragar sin apenas masticar. No era lo más sabroso del mundo, pero al menos le había aliviado el apetito. Durante días y semanas comió a base de recortes,ya empezaba a diferenciar sabores y calidades...sus favoritas eran las escenas de la Garbo y la Dietrich. Eran tan frías en pantalla, y tan vivas fuera de ella se decía mientras las devoraba. Estaba montando una ópera prima, cuando se fijó en la frase que decía el protagonista "está hecho del material del que se hacen los sueños". Y la frase de la adivina había cobrado sentido.

Wednesday, August 23, 2006

Mala racha

"Cuidado con la tristeza. Es un vicio"
Gustave Flaubert

He intentado seguir a Casiopea, evitar a los hombres grises, no perder la sombra, detener los relojes en los buenos tiempos... pero no lo he conseguido. He caído en una espiral sin salida, con el juicio embotado de solipsismo, absorbido entre ausencias y vacíos que dan que pensar. Buscando salir de aquí, preguntándome qué mazo de melancolía forjo la invisible cadena, y esperando una nueva mano que sea imposible despilfarrar. Un año casi perdido en muchos sentidos, lleno de errores a corto plazo, con más bajadas que subidas en este cerebro ciclotímico que tengo. Demasiada música de bajón para tampoco tiempo.
Mañana se reparten nuevas cartas, cinco propuestas para jugarlas:
1) Ser positivo y dejar de comerme la cabeza por todo, aún a riesgo de parecer un encefalograma plano.
2) Actuar sin el miedo crónico que tengo, o al menos intentarlo.
3) Reírme más y mejor, aunque ahora no pueda (pospuesto hasta que me quiten los puntos).
4) No ser tan de callar como dicen los amigos, eso será difícil ya que siempre me ha costado mucho abrirme. Soy muy muy tímido.
5) Abierto a sugerencias o a lo que pase mañana, pues siempre es mañana.

PD: siento haber plagiado el título a Galeano, pero su cuento es un fiel reflejo de muchos momentos de este final de año.

Sunday, August 20, 2006

Levantarte para esto

Iba a ponerme a escribir sobre damas y vagabundos, sobre hadas cacereñas extraviadas por Madrid, sobre tú, yo y todo lo demás...pero no me sale por mucho que ayer lo prometiese. Más tarde pensé en escribir sobre mi visita al hospital (o cómo joderte el domingo jugando con tu perro), para agregar a mi colección de cicatrices una sensacional brecha de cinco puntos en el labio superior (que dejará marca). Intente recuperar la sonrisa, pero con la anestesia no puedo mover la boca , así que he guiñado un ojo. Algo es algo.
Así que he decidido rescatar un hecho digno de Expediente X que ha sido silenciado y desterrado de los libros, a pesar de que somos miles los sufridores. Resulta que el otro día me junte con un amigo que nació el mismo día que yo, San Bartolo, y me fije que el muy hijo de ... nos achino los ojos a todos. Me imagino al agobiado médico del hospital ese día, intentando convencer a los padres de la fidelidad de sus esposas. Repitiendo una y otra vez que lo de los ojos no era cosa de un semental oriental, sino del síndrome San Bartolo. El caso era grave e inexplicable, una multitud de neonatos de ojos rasgados a principios de los 80 antes de las tiendas de veinte duros, telechinos y demás. El asunto tuvo sus consecuencias, madres fanáticas de la Preysler que buscaban con furor tener una niña ese día incluso a golpe de cesárea, matrimonios desechos por presunta infidelidad, millones en facturas de pruebas de paternidad, y en gafas que disimulasen la infamia...en fin una locura a ritmo de la movida.
PD: no sé si recuerdan el anuncio de Citröen AX. Genial, pues bien ese niño no era más que otra victima de San Bartolo.

Tuesday, August 15, 2006

Rob

"Escuchaba música pop porque estaba deprimido, ¿o estaba deprimido porque escuchaba música pop?"
Alta Fidelidad de Nick Hornby

Tirado en la cama en una tarde de domingo, con el pijama puesto y oyendo las típicas canciones de bajón. Es un compás de espera después de la resaca del finde, un tiempo dedicado a comerte la cabeza, a hacer promesas que se perderán tan rápido como llegue el lunes. Pienso en como pasa el tiempo, en las oportunidades perdidas, en la chica que me gusta, en los amigos, en el caos de mi cuarto, en las cinco principales... Sueno como una canción de Los Planetas, mientras espero la redención en una llamada que me saque de casa.
Por fin suena el teléfono, un amigo tan rayado como yo. Gracias a Dios. Un duchazo a la velocidad de la luz, coger la primera camiseta ¿de rayas? del cajón, lo que tarde el bus...y el círculo comienza de nuevo. Las risas y las anécdotas se concatenan con las rondas de cañas y los paseos por el centro. Se entremezclan las vidas de cada uno, se descubren pequeñas huellas y locuras que hacen que el tiempo se acelere. Y de repente la noche empieza a cerrarse, los bolsillos están vacíos de dinero y las últimas risas resultan cansadas. Abrazos, besos y hasta la próxima.
El nocturno está semivacío, me siento y apoyo la cabeza contra el cristal. Esperando y soñando con que la siguiente semana sea una lazada perfecta, un lapso para recordar, algo digno del Woody Allen de Manhattan. Cuando despierto, me he pasado de parada... desde luego cómo están las cabezas!

Tuesday, August 01, 2006

Guerra Santa


"Para ti soy ateo. Para Dios, la fiel oposición"
Woody Allen
Las calles están llenas de sangre, y las palabras no bastan para describir las imágenes que día tras día se ven por televisión. Los militares apuntan sus bombas sobre Líbano, se ven edificios caer a pie de playa, postales de anteayer que son ahora ruinas, y muertos que siempre son demasiados. Daños colaterales, dichosa palabra utilizada por naciones militaristas para describir la matanza de inocentes.
Cuña en tierra extraña, así es Israel, desde que Ben Cannaan llegase a Palestina habiendo escapado del holocausto. Todo ha cambiado desde entonces, aquel pueblo nómada se ha convertido en un dobermann. La historia, el miedo y algún país vecino pasado de rosca han hecho el resto, convertir al pueblo elegido en el mayor terrorista de Estado. Ha acogido normas de estilo nazi, creando guetos, utilizando la milicia contra el pueblo, ocupando territorios; ¿ironía o golpe del destino?
Pero en este asunto nadie habla claro, nadie actúa limpio, demasiados intereses para frenar la violenta espiral. Muertos por religión, por unas creencias externas, por ideas ajenas, por dogmas llevados al límite… ¿y la palabra de Dios es amor?