
Ahora sé algunas cosas de ti, no son demasiadas pero me bastan para ser amigos. Sé que le tienes miedo al futuro, y tal vez a crecer demasiado deprisa. Sabes escuchar incluso las idioteces que te cuento, pero cuando hablas pareces dictar sentencia. Sé que siempre tienes una sonrisa a punto de deslizarse por tu boca, pero que es muy difícil sacarte una carcajada. También sé que se te ilumina la cara al hablar de tu casa, de Dylan, de tu gato, de ... ahhhhh lo olvidaba, sé que no tenemos los mismos gustos, y que probablemente nunca los tendremos.